viernes, 23 de marzo de 2012
La luz no muere

La luz puede resplandecer
La luz puede arder
La luz puede cambiar
La luz puede crecer
La luz puede absorber
La luz puede dirigir
La luz puede dividir La luz puede guiar
La luz puede viajar La luz puede recopilar
La Luz puede confundir La luz puede agruparse
La luz puede cantar La luz puede abrazar
La luz puede transformar La luz puede morir
LA Luz.. no muere, se apaga, se oculta, se oscurece, dejando a su paso por la tierra el blanco de las chirimoyas, el amarillo de la cúrcuma, el marrón de las castañas, el morado de los higos, el gris de los gatos persas o el negro de las rayas de las cebras, mientras, en el cielo parpadea el azul cobalto del desierto, el amarillo del ambar, el verde de las hojas del limonero, el morado de la amatista, el blanco de las calas y el negro del onix. Cuando reaparece, del brazo del tiempo, la luz estrena colores del arco de iris, resplandece, arde, absorbe, dirije y divide, guía y viaja, recopila y se confunde, se agrupa, canta, abraza, y se despide..., en cualquier lugar y a cualquier hora, para surgir siempre transformada.
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